Las personas con recuentos bajos de CD4 presentan respuestas más débiles a las vacunas frente a la COVID-19
Las personas que tenían recuentos de CD4 por debajo de 200 células/mm3 tuvieron significantemente menos probabilidades de generar una sólida respuesta inmunitaria celular y de anticuerpos tras la inoculación de las vacunas de ARNm de Pfizer o Moderna frente a la COVID-19, en comparación con las personas que presentaban un mejor estado inmunitario, según afirmó el doctor Andrea Antinori (del Instituto Nacional Italiano para las Enfermedades infecciosas) el pasado viernes en el transcurso de la XVIII Conferencia Europea del Sida (EACS 2021), en Londres (Reino Unido).
La mayor parte de los estudios anteriores sobre la respuesta de las vacunas frente a la COVID-19 en personas con el VIH han contado con la participación de personas que, en general, tenían un buen nivel de CD4.
El equipo de investigadores comparó las respuestas celulares y de anticuerpos tras la vacunación de 32 personas con el VIH que presentaban un estado grave de deterioro inmunitario (recuento de CD4 en ese momento por debajo de 200 células/mm3), de 56 personas con un nivel moderado de deterioro inmunitario (recuento de CD4 entre 200 y 500 células/mm3) y de 78 personas sin deterioro inmunitario (nivel de CD4 por encima de 500 células/mm3). Todas ellas tomaban tratamiento antirretroviral, pero el 31% de las personas con niveles de CD4 por debajo de 200 células/mm3 tenían una carga viral detectable.
El estudio evaluó las respuestas de anticuerpos a través de los niveles de anticuerpos IgG que se unían al receptor viral, así como los niveles de anticuerpos neutralizantes en tres momentos temporales. En todas las determinaciones, las personas con recuentos de CD4 inferiores a 200 células/mm3 tenían niveles de anticuerpos o de neutralización que fueron aproximadamente un tercio de los observados en personas con recuentos de CD4 superiores a 500 células/mm3. Las respuestas inmunitarias celulares (determinadas mediante un ensayo de liberación de interferón-gamma) también pusieron de relieve la existencia de diferencias estadísticamente significativas, incluso tras tener en cuenta factores de confusión como la edad, el recuento nadir de CD4, el tipo de vacuna recibida, la carga viral detectable o tener un cáncer en ese momento (o haberlo tenido en el pasado).
Un menor nivel de anticuerpos tras la segunda dosis de la vacuna implica una mayor necesidad de una tercera dosis en personas con un nivel de CD4 por debajo de 200 células/mm3. Es necesario realizar más estudios para clarificar el efecto de una tercera dosis en este grupo de personas, tanto en lo referente al nivel de respuestas de anticuerpos generada como a la velocidad a la que estos niveles descienden tras la tercera dosis.
Niveles variables de vacunación frente a la COVID-19 en personas con el VIH en Europa central y oriental
No se está dando prioridad a las personas con el VIH en la vacunación frente a la COVID-19 en todos los países de Europa central y oriental, y las tasas de vacunación en esta población vulnerable siguen siendo bajas en algunos países, según afirmó en la conferencia el doctor David Jilich, de la Universidad Carolina de Praga (República Checa).
Los datos utilizados proceden de 22 países de Europa central, Europa oriental, el Báltico, el Cáucaso, los Balcanes y Turquía.
Únicamente en 8 de los 22 países estudiados se dio prioridad a la vacunación de las personas con el VIH y solo tres de esos 22 países habían redactado directrices específicas sobre la vacunación de las personas con el VIH. Solamente 12 países habían iniciado la vacunación a mediados de marzo de 2021, lo que refleja las dificultades para obtener suministros de vacunas y completar los procedimientos para registrarse.
En septiembre de 2021, mientras que el 85-90% de las personas con el VIH habían sido vacunadas en Grecia y República Checa, la cobertura no superaba el 50% en Estonia, Hungría y Bulgaria, lo que, en parte, es un reflejo de que los niveles de vacunación de la población general son mucho menores en algunos de estos países.
Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de seguir investigando sobre la COVID-19 y la vacunación en personas con el VIH en una amplia gama de entornos a fin de explorar las implicaciones de estas variaciones y las aparentes desigualdades en el acceso [a la vacuna].
La mitad de las madres con el VIH en Suiza optan por la lactancia natural
Las directrices suizas sobre el VIH fueron revisadas en 2019 para ofrecer a las madres con el VIH un debate sobre los distintos riesgos y beneficios de la lactancia natural y el uso de leche de fórmula, con el fin de permitirles tomar una decisión sobre en qué modo prefieren alimentar a sus bebés, suponiendo que su carga viral es indetectable.
Las mujeres embarazadas asisten a una reunión multidisciplinar en la que participan una matrona, una persona especialista en obstetricia y especialistas en el VIH tanto en población adulta como pediátrica. En esas reuniones se les explica las probabilidades de transmisión del VIH y cómo evitarlo. Las madres que optan por la lactancia materna reciben un seguimiento intensivo de la carga viral y sus hijos se someten a pruebas de detección del VIH con mayor regularidad.
En la EACS 2021, el doctor Pierre-Alex Crisinel, del Hospital Universitario de Lausana (Suiza), informó sobre los resultados de las primeras 41 madres que han dado a luz desde el cambio de políticas. Casi la mitad de las mujeres (20) optaron por la lactancia natural, a pesar de los requisitos adicionales de monitorización. Las mujeres a las que se les había diagnosticado el VIH hacía más tiempo fueron más propensas a elegir la lactancia materna.
Al preguntarles el motivo de su decisión, el contacto más estrecho y el vínculo con su bebé fue una razón "importante" o "muy importante" para todas las mujeres, y todas excepto una declararon que la lactancia materna constituía la mejor opción para la salud de su bebé. Solo seis mujeres adujeron la importancia de las expectativas culturales sobre la lactancia materna y únicamente dos dijeron que el miedo a que se supiera que tenían el VIH era un motivo importante.
El doctor Crisinel también explicó que las mujeres valoraron mucho el hecho de sentirse involucradas en la toma de decisiones compartida con el personal sanitario que las atendía.
La función pulmonar se deteriora con mayor rapidez en personas con el VIH
La doctora Rebekka Thudium, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), afirmó en la conferencia que las personas con el VIH que tomaban un tratamiento antirretroviral efectivo presentaban una tasa más rápida de deterioro de la función pulmonar que las personas sin el VIH.
La enfermedad pulmonar crónica es habitual entre las personas con el VIH. Tanto los factores de riesgo presentes también entre la población general como los relacionados con el VIH pueden afectar a este problema de salud. Solo un pequeño número de estudios han evaluado la evolución de la función pulmonar en el tiempo en personas con el VIH.
Los datos de 1.130 participantes en dos cohortes de personas con el VIH en Dinamarca y EE UU se compararon con los de personas control seronegativas de la población general danesa, de características similares en cuanto a edad y sexo.
El resultado primario del estudio fue la tasa anual de descenso del volumen espiratorio forzado1 (FEV1), que es la cantidad máxima de aire que una persona puede exhalar con fuerza en un segundo. Por término medio, las personas con el VIH experimentaron un descenso adicional de 8,5 mL anuales.
En comparación con las personas seronegativas con un perfil de consumo de tabaco similar, se observaron descensos más pronunciados entre las personas con el VIH tanto fumadoras activas, como antiguas fumadoras o que nunca habían fumado. Sin embargo, la diferencia más notable se observó entre las personas con el VIH que eran fumadoras activas: un descenso anual adicional de 16,8 mL en la función pulmonar, en comparación con las personas fumadoras sin el VIH.
Estos resultados sugieren que la relación entre el VIH y el descenso de la función pulmonar se ve incrementada por el consumo de tabaco, que parece resultar más dañino para las personas con el VIH que para las seronegativas. No obstante, la función pulmonar también descendió con mayor rapidez en personas con el VIH que nunca fumaron, lo que apunta a que, aparte del hecho de fumar, existen otros mecanismos que pueden desempeñar también un papel.
Elevada participación de personas trans en un ensayo inglés sobre PrEP
Algo más de la mitad de las personas trans y no binarias atendidas en los servicios de salud sexual en Inglaterra (Reino Unido) durante la duración del ensayo IMPACT acabaron participando en el mismo, según explicó en la conferencia el doctor Matthew Hibbert, de la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido.
El ensayo IMPACT fue un estudio inglés de gran tamaño que probó la implementación de la profilaxis preexposición frente al VIH (PrEP) y se llevó a cabo entre octubre de 2017 y julio de 2020, antes de que esta estrategia preventiva estuviera disponible de forma rutinaria en el país. La gran mayoría de sus 24.255 participantes eran hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) cisgénero, aunque también contó con un número más reducido de hombres y mujeres heterosexuales cis. Tanto activistas de la comunidad trans como el servicio especializado en salud sexual CliniQ de Londres realizaron un gran esfuerzo para implicar también en el estudio a personas trans y no binarias.
Como resultado, el estudio contó con la participación de 501 personas trans y no binarias (de 978 personas atendidas en las clínicas de salud sexual y registradas como personas con un género diferente al asignado al nacer). De las personas atendidas en las clínicas que no participaron en el estudio, se consideró que, en su mayoría, no tenían un riesgo suficientemente alto de adquirir el VIH como para que se les remitiera a la PrEP. Sin embargo, hubo 75 personas que cumplían los requisitos para recibir la PrEP y, a pesar de ello, no se les ofreció.
El factor de predicción más sólido sobre si una persona tomaba la PrEP era haber tenido una infección de transmisión sexual -ITS- (el 84% de las personas con un diagnóstico de ITS bacteriana en los tres meses anteriores se unieron al estudio). Con todo, las personas trans menores de 25 años o de etnia negra tuvieron una probabilidad menor de participar en el estudio.
Las personas que viven en Londres tuvieron más del doble de probabilidades de recibir la PrEP, lo que demuestra el valor de los servicios especializados en los que las personas trans se sienten seguras y donde sus necesidades se comprenden.
No obstante, se calcula que el tamaño total de la población adulta trans y no binaria en Inglaterra es de unas 70.000 personas, lo que sugiere que hay muchas personas trans y no binarias a las que los servicios de salud sexual no están llegando.